lunes, 24 de marzo de 2014

Columna de Leo Ramos: "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley


Por Leo Ramos

Una novela apuntada a una sociedad distópica, y la mas famosa del escritor británico Aldous Huxley.

Escrita en 1932, imagina una sociedad donde el estado, a través de un régimen totalitario, interviene en todos los aspectos de la vida de las personas, impidiendo el desarrollo individual, el arte, la ciencia, y cualquier tipo de relación afectiva entre las personas. En este contexto, la tecnología reproductiva se encarga del control de la natalidad a través de los cultivos humanos, generando personas de distintas castas de acuerdo al rol que tengan que cumplir en la sociedad. La guerra y la pobreza han sido erradicadas y todos están contentos con la vida que les tocó vivir, ya que fueron influenciados, criados y manipulados para esto. La ignorancia es la piedra fundamental para mantener el orden. En caso de algún síntoma de infelicidad, o de cuestionamiento, existe una droga llamada Soma, que garantiza volver a la felicidad. La promiscuidad es regla, las relaciones afectivas están prohibidas. La historia se oculta bajo llaves, los libros están prohibidos y la ciencia se limita completamente  a reproducir el orden social.

El autor quiere mostrar una sociedad consumista, que se deshace de todo lo viejo, lo cual considera un estorbo, esto se puede ver cuando los “alfa” (la clase más alta) tienen el lema: “la ropa no se remienda, se tira”, y donde los tiempos de ocio sin consumo no están permitidos.

Una proyección de un futuro, que en estos días quizá en algunos aspectos no nos suene tan alocado. Hoy la economía, los procesos de producción y el trabajo, se transforman en volátiles, transitorios y acelerados, todo es “instantáneo y desechable” desde las mercancías hasta los estilos de vida y las relaciones.


Una obra que en todo momento apela a los extremos para llevar lejos la imaginación del lector, desde la existencia o no de la familia, la promiscuidad, la sexualidad infantil, el consumo a gran escala y las relaciones desechables. Y como eje central una idea que dará lugar a largas discusiones: el precio de la felicidad es la libertad, considera el autor en su obra.ç

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